martes, 27 de diciembre de 2011

Termalismo en Ourense


¿Qué mejor forma de empezar este blog que contaros el mejor secreto de belleza y salud que ofrece nuestra ciudad… completamente gratis?

Hay quien dice que el nombre de Ourense procede del latín aquae urente («aguas abrasadoras») o del germánico warmse («lago caliente»). Sea o no verdad, lo cierto es que por el subsuelo de nuestra ciudad fluyen manantiales que han sido utilizados durante milenios por todos los pueblos que la ocuparon. Y es que esto del termalismo, a los orensanos, ya nos viene de antiguo.

Mucho tiempo antes de que se pusiera tan de moda y resultara tan chic pulverizarse agua termal por todo el cuerpo, en Ourense ya existía una cultura termalista que aún perdura, aunque hayamos cambiado las mantas y albornoces, con los que tan pudorosamente se tapaban nuestros recatados abuelos, por los bañadores y las toallas playeras (mucho menos glamurosas, dónde va a parar, pero mucho más manejables y ligeritas de peso).


Pues como os decía, lo de ser agüistas no nos pilla de nuevas. Y es que esto de «tomar las aguas» no solo es un complemento ideal para dolencias como la artritis, el reuma, el asma o los trastornos del aparato digestivo, sino que también constituye toda una cura de belleza. Estas aguas que brotan al exterior por las fisuras de las rocas, recogiendo por el camino todas las propiedades minerales de la piedra que atraviesan, son ideales para tratar afecciones de la piel tan poco deseables como el acné, los eczemas, la dermatitis atópica, la soriasis o las cicatrices. O simplemente, para dejar tu piel como la seda.

Y el relax… ¿sabéis cómo se le queda a una el cuerpo después de haberse sumergido un buen rato en agua a 41 ºC? ¿y cuando a continuación se deja una caer durante unos segundos en el agua helada del río? Pues aparte de congelado, claro, el cuerpo se te queda con una sensación maravillosa cuando notas que la sangre circula rapidísimo por tus venas (mientras piensas que eso, para la celulitis, tiene que ir de miedo).

Es difícil concebir Ourense sin sus aguas. Desde las fuentes de As Burgas en pleno casco viejo, con su altar romano dedicado a las ninfas del agua, hasta los incontables manantiales que salpican la margen derecha del río Miño y que se han convertido en pequeños balnearios al aire libre de uso gratuito, a los que los orensanos llamamos simplemente las «pozas»: a Chavasqueira, o Tinteiro, o Muiño da Veiga, Outariz, cada una con su dosis justa de álcali, flúor, azufre, litina y silicatos.

Y para los que deseen un poco más de privacidad y servicios adicionales, existen termas privadas junto a las públicas que, por solo 4 ó 5 € te ofrecen además sauna, templarium, chorros y burbujas y en las que tendrás la posibilidad de contratar baños aromáticos, envolturas de barro, algas o chocolate, siatsu, masajes zen o tratamientos de relajación

¿A que suena bien?

Tenéis más información en la web de Turismo Ourense, en la sección de turismo termal.

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