Los pies son la base de nuestro equilibrio. Y me diréis:
«pues ya ves, menuda afirmación más obvia». Pero es que a veces parecemos
olvidar hasta qué punto nuestros pies son nuestro sostén y el punto de partida
de una correcta colocación de nuestro cuerpo. Por no hablar del peso que se
encargan de soportar día tras día en silencio. Vale, rectifico: algunos se
quejan, y a base de bien, procurando por todos los medios recordarnos su
presencia, pero con razón…
Porque, sed sinceras, ¿cuántas de nosotras nos preocupamos
por darles los mimos y el cuidado que se merecen?, ¿cuántas nos conformamos con
higienizarlos en la ducha y evitamos incluso que nuestra crema corporal se les
acerque demasiado y nos deje pringando calcetines, sandalias, zapatillas, en
fin, todo lo que se le ponga a tiro?
Intentando poner remedio a mi dejadez habitual y pensando
que una buena pedicura no solo tiene valor estético, sino que además ayuda a
prevenir la aparición de problemas graves (cosas de tener un hermano podólogo),
decidí armarme ayer con todo mi arsenal podológico y dedicar parte de la tarde
a resarcir a mis pobres pies de los fríos y húmedos días invernales que pasan
encerrados en sus asfixiantes botas.
Lo primero, como no, fue prepararles un buen baño en un recipiente
repleto de agua tibia acompañada de una pastilla emoliente. Me gustan las de
Deliplus, que son mano de santo para suavizar y refrescar los pies cansados y
crean una cosquilleante efervescencia de relajantes burbujas. Si lo preferís, podéis
echar mano de aceites esenciales, geles espumosos o incluso remedios caseros como
una cucharadita de bicarbonato y un poquito de zumo de limón. La imaginación no
tiene límites.
A los 15 minutos llegó el momento de la exfoliación para
eliminar la piel muerta. El producto que más agradecen mis pies últimamente
es el exfoliante del Dr. Scholl, con microgránulos de piedra pómez natural y
AHA frutales, que deja los pies suaves y tersos. Se extiende maravillosamente bien, mediante un masaje circular hasta alcanzar
prácticamente los tobillos.
Y a continuación, el mayor de los placeres: un larguísimo
masaje, suave pero firme, con crema hidratante. Comenzamos por los dedos, estirándolos uno a uno, seguimos por la planta, continuamos por el talón, avanzamos en dirección ascendente y
nos detenemos en el empeine hasta culminar, con ligeros movimientos circulares,
en los maltrechos tobillos. Y si queréis que vuestra felicidad sea completa,
probad a masajear las plantas con el puño cerrado y utilizando los nudillos. Es
otra dimensión, os lo prometo.
Y en medio del masaje, un feliz descubrimiento: la crema reconfortante
para pies Rêve de Miel de Nuxe. Era la primera vez que la utilizaba y me
pareció una auténtica delicia. Me la presentó una amiga (gracias, María) en
forma de la muestra que veis en la imagen y mucho me temo que me ha creado una
nueva necesidad difícil de ignorar. Es una crema untuosa, pero a la vez
increíblemente ligera, que se seca al momento sin dejar ni rastro, ni pizca de
pringue. Perfecta. Si ya estaba enamorada de la marca por su aceite prodigioso
y su crema de nata, ahora ni os cuento.
Después le llegó el turno a las uñas: corte recto, limado
desde el exterior hacia el centro, retirada de cutículas, más quitaesmaltes
para eliminar los posibles restos de crema, base 002 de Mavala (que olvidó
salir en la foto de familia) y un rojo intenso que acapara todas las miradas en
mi clase de yoga: LeRouge de Peggy Sage.
Como no me animo a enseñaros mis pies, os dejo con un swatch
de este esmalte, cortesía de mi amiga Eva (gracias a ti también por cederme tus
manos).
¿Y vosotras?, ¿os acordáis de mimar de vuestros pies?
Reconozco que en invierno me cuesta más mimarlos, pero en verano los tengo muy consentidos.
ResponderEliminarBesos!
En invierno los dejo más,pero aún así los cuido un poco, besos.
ResponderEliminarJajaja, yo tampoco pondría fotos de mis pies (manías que tiene una). Cuando has mencionado la Reve de miel de Nuxe has dado en el clavo. Para mi es la mejor crema que hay para esa zona, una pasada!
ResponderEliminarBesos guapa, muy buen post.
Hola!!! los pies son una parte olvidada es cierto pero yo les dedico tiempo...sobre todo mñas en verano.... pobres, con lo que sufren!!!
ResponderEliminarGracias por pasarte por mi blog. Ya te sigo.
Besos
LOURDES
http://lascositasdelulu.blogspot.com
Las pastillas efervescentes me gustan ( aunqe solo he probado las de las manos)! besos
ResponderEliminarSe que deberia cuidarlos mas... pero soy una absoluta perezosa con mis pies y eso no esta bien!! asi que tomo nota de tu rutina, porque pienso cambiar mi filosofia y empezar a cuidarlos ya ^^
ResponderEliminarGracias por toda la info!!! Me encantan tus entradas =)
Besitos
Mil gracias Letty. A mí también me gusta mucho tu blog. Yo también soy muy perezosa con los pies, pero intento mimarlos de vez en cuando. Lo agradecen una barbaridad. :-)
Eliminar¡Besos!
Curiosamente yo me cuida mucho más los pies que las manos, tanto en invierno como en verano, me encanta!!!
ResponderEliminarBuena rutina para el cuidado de los pies, yo la tengo parecida!
ResponderEliminarComo se nota que los pies están allá abajo porque los tengo completamente olvidados. Gracias por los consejos.
ResponderEliminarBss.
http://melancora.blogspot.com
Yo la verdad es que no me los suelo cuidar mucho y mi madre me insiste e insiste en que lo haga, ya que ella tiene bastantes problemas ahí abajo y está muy concienciada al respecto. Es casualidad haber leído tu entrada hoy porque precisamente esta mañana me he llevado de su casa unos cuantos productos que ella no usaba y estoy decidida a empezar a cuidarme los piececillos. ¿Tú cada cuanto te sueles hacer la pedicura? Por cierto, ¡cómo se te nota la profesión! Escribes que da gusto. :)
ResponderEliminar¡Besos!
Muchas gracias, Ava. A mí me encanta cómo escribes tú. :-)
EliminarYo tengo un hermano podólogo, así que estoy bastante concienciada en eso de que más vale prevenir que curar. Por ejemplo, tengo mucho cuidado con los zapatos que me compro y en general tengo los pies muy bien. Ahora, para la pedicura reconozco que soy un poco dejada: una vez al mes ya me parece un sacrificio, aunque a veces me sale la vena piecera y les pongo crema todas las noches. En fin, lo que cuadra, que debería ser más a menudo.
¡Besos!
Se agradece la entrada, creo que es cierto que los pies los tenemos bastante dejados... aunque poco a poco les damos más mimos.
ResponderEliminarUn besote!