jueves, 12 de enero de 2012
El poder de las granadas
Recuerdo que cuando era niña me encantaba desgranar granadas para después comerme sus granos carmesí a enormes cucharadas. A medida que iba creciendo, las prisas y la pereza hicieron que fuera relegando este entretenimiento al olvido. No había vuelto a acordarme de esta fruta hasta que descubrí que el bendito Mercadona, intuyendo que allí había negocio, se había animado a comercializar sus granos ya preparados, para alegría de muchos y nostalgia de unos cuantos.
Ahora que la granada se ha puesto de moda, siguiendo la estela de otros placenteros alimentos, como el chocolate o el vino, he vuelto a redescubrir esta fruta, símbolo de belleza, fecundidad y buena suerte, y un delicioso complemento en macedonias de frutas y ensaladas a base de crujiente escarola.
Según las últimas investigaciones, la granada es el producto natural que más antioxidantes contiene, por encima de alimentos míticos como los cítricos, los arándanos, e incluso el té verde o el vino tinto.
Las granadas han sido durante siglos grandes aliadas contra los efectos del estrés oxidativo, ya que sus potentes polifenoles ayudan a neutralizar los radicales libres causantes del envejecimiento prematuro de la piel.
Su rico contenido en taninos les aporta propiedades astringentes, que ayudan a reducir el tamaño de los poros, por lo que resultan ideales para el tratamiento de las pieles mixtas o grasas.
Además, tienen propiedades reafirmantes, que ayudan a la piel a recuperar su flexibilidad y elasticidad naturales, y una gran capacidad regenerante, que contribuye a estimular su renovación celular y a volverla más lisa, luminosa y vital.
Sé que sobran los posts sobre esta fruta, pero me gustaría recordaros un par de propuestas que descubrí el año pasado:
La línea corporal con granada de Weleda, a base de aceite ecológico de semillas de granada y una de las últimas incorporaciones de la marca. Está compuesta por una crema de ducha (8 €), un aceite regenerador para el cuerpo (21,25 €), y una crema regeneradora de manos (9,85 €). Incorpora también aceites ecológicos de jojoba y macadamia, y extractos de semillas de mijo y girasol. No utiliza sustancias sintéticas, ni conservantes. Además, su textura es increíblemente suave, por lo que aporta bienestar desde la primera aplicación.
Como ya os comenté, el aceite regenerador, ideal para pieles secas y desvitalizadas, fue uno de mis productos favoritos de 2011. En realidad, la marca en sí es una de mis preferidas, ya que elabora unos magníficos productos empleando materias primas de la más alta calidad, en su mayoría de cultivo biológico, y asociadas a proyectos de comercio justo.
El bálsamo labial de Korres, a base de granada muy fundente, con acabado brillante y un ligero toque rosado muy favorecedor. Contiene manteca de karité, que proporciona suavidad e hidratación a los labios, cera de arroz, aceite de cártamo y vitaminas E y C. Su precio es de 9,50 €.
Hay muchos otros productos elaborados a base de granada en el mercado, que no me importaría nada probar y que tengo en mi wishlist desde hace tiempo:
El trío de Korres formado por el exfoliante cremoso con huesos de oliva, la mascarilla purificante formulada con arcilla blanca y el gel hidratante reequilibrante, con vitaminas C y E y extracto de aguacate; la mascarilla revitalizante con granada y té verde de Apivita; el champú de granada de Klorane para cabellos teñidos; la crema de noche desnuda de la línea Sensual de Kenzoki con leche de granada; el rotulador Pomegranate Crush Lip & Check Stain de Stila con extracto de granada para labios y mejillas o el vaporizador hidratante POMMISST de Jane Iredale.
¿Y vosotras?, ¿os habéis animado con alguno?
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El olor de ese aceite de Welleda es para perder el sentido... y ese bálsamo de Korres me rechifla aunque me gusta aún más el de rosa salvaje, efecto piruleta...
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