Suéltate el pelo con Paul Mitchell

No tengo un pelo bonito. Mi problema no es que tenga poco, sino que el que tengo es frustrantemente fino. Tanto, que al día siguiente de lavármelo se apelmaza y se me pega de tal forma al cráneo que parece que me he encasquetado un gorro de lycra. Una maravilla, vamos. Para colmo de males, si me lo dejo secar al aire, empiezan a brotar una especie de ondas desde mis simpáticos remolinos. Y digo «una especie de» porque ni siquiera llegan a ser ondas de verdad, de esas maravillosas que se hace la gente en youtube. Ojalá. Estas ondas no las querría nadie, ni regaladas, oiga.

Pero el pasado mes de agosto, tuve un más que feliz encuentro con los productos profesionales para el cabello de Paul Mitchell y cinco meses más tarde tengo que decir que ese encuentro ha salvado la vida de mi pelo. Literalmente. Porque eso era principalmente lo que escaseaba bastante en mi pobre melena: vida, vigor, vitalidad, alegría, fuerza, ganas de ponerse el mundo por montera…Cinco meses más tarde, mi pelo ha recuperado la alegría de vivir gracias a dos productos:

El champú de uso diario Super Strong Daily Shampoo, que penetra profundamente en la corteza para reconstruir la estructura interna del cabello, y el acondicionador Super Strong Daily Conditioner, que alisa, hidrata y da brillo, y ayuda a proteger el cabello de los perjudiciales efectos del sol.

Me gusta especialmente la textura de ambos, porque emulsionan muy bien y son muy fáciles de aplicar. Esto hace que tanto uno como otro duren eternamente. Hasta cuándo durará esa eternidad no lo tengo muy claro, porque ambos siguen pesando bastante cada vez que los tanteo. Los dos productos huelen como a peluquería, a profesional (seguro que me entendéis), pero el olor es lo suficientemente suave como para que el pelo recién lavado huela simplemente a limpio. Si buscáis uno de los clásicos olores frutales o vegetales, este no es vuestro producto.

Champú

Acondicionador

La presentación es otro punto a favor de las gamas de Paul Mitchell. El formato y el diseño son increíblemente elegantes, profesionales y, sobre todo, infinitamente prácticos. El tapón se confunde con el resto del envase y, al tener el mismo diámetro que él y ser completamente plano, sirve como base para apoyar todo el producto sin miedo a que pierda el equilibrio y acabe cayéndonos sobre un pie, un macabro entretenimiento del que parecían disfrutar enormemente el resto de los champús que he tenido hasta el momento. Además, al descansar boca abajo, todo el producto está preparado para salir en cuanto presionas el dosificador que lleva oculto la tapa. Otro detalle que me encanta es que la base del acondicionador es blanca y la del champú es fucsia. De este modo, no es necesario leer el nombre del producto para distinguirlos, ya que con un golpe de vista es suficiente.

Otro aspecto que me gusta de esta marca es que fueron, en 1987, de los primeros profesionales en luchar contra la experimentación con animales. Además, destinan recursos para la plantación de árboles y colaboran con diversas organizaciones sin ánimo de lucro para ayudar a la autosuficiencia de personas sin hogar y poblaciones con pocos recursos. 

En cuanto al precio, es un poco elevado si lo compráis en peluquerías españolas (entre los 20 y los 25 €), pero en lookfantastic podéis encontrar un par de ofertas muy buenas en estos momentos: el champú de 300 ml cuesta 9,35 £ (11,22 €) y el pack compuesto por champú y acondicionador de 300 ml y un tratamiento líquido fortalecedor de 100 ml os saldrá por 19,99 £ (23,99 €). Y no cobran gastos de envío.

Y ahora viene la parte negativa para las defensoras acérrimas de los productos sin siliconas: el acondicionador lleva unas cuantas. En fin, que no se puede tener todo.

¿Y vosotras?, ¿habéis probado algo de esta marca?